Contaminación cruzada en hospitales: un riesgo latente que puede evitarse
- Sofía Arias
- Aug 11
- 3 min read

La contaminación cruzada en entornos hospitalarios es una amenaza constante que puede derivar en graves consecuencias para pacientes y personal médico. Se refiere a la transferencia de microorganismos, virus o bacterias entre personas, superficies o equipos, generando complicaciones en tratamientos, estancias prolongadas y un aumento considerable de los costos hospitalarios.
La amenaza de las infecciones nosocomiales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cientos de millones de pacientes en todo el mundo se ven afectados cada año por infecciones hospitalarias o infecciones asociadas a la atención sanitaria (IAAS). Estas infecciones no estaban presentes ni en incubación al momento del ingreso del paciente, y son consecuencia directa de fallas en los protocolos de bioseguridad.
Las infecciones nosocomiales afectan a 7 de cada 100 pacientes hospitalizados en países de ingresos altos y a 10 de cada 100 en países de ingresos medios y bajos.
Las formas comunes de contaminación cruzada son:
Higiene inadecuada de manos: El personal sanitario puede transmitir patógenos entre pacientes si no cumple estrictamente con los protocolos.
Desinfección deficiente de superficies y equipos: Un equipo no esterilizado correctamente rompe la cadena de bioseguridad.
Manipulación incorrecta de productos estériles: Puede comprometer su asepsia, reduciendo la protección al paciente.
Residuos médicos mal manejados: El inadecuado almacenamiento y disposición puede propagar agentes patógenos.
Ropa y textiles contaminados, teclados, informes y materiales de curas: Todo elemento en contacto frecuente debe considerarse un foco potencial.
Y las infecciones más frecuentes derivadas de la contaminación cruzada son:
Neumonía hospitalaria
Infecciones urinarias o por catéter
Infecciones de la piel o heridas quirúrgicas
Infección de la sangre (septicemia)
¿Cómo prevenir la contaminación cruzada en hospitales? Las buenas prácticas son la primera línea de defensa frente a estas infecciones:
Higiene rigurosa de manos: Con estaciones accesibles de alcohol glicerinado y capacitación constante del personal.
Aislamiento efectivo de pacientes: Uso correcto de EPP y protocolos estrictos de aislamiento.
Limpieza y desinfección constante: Superficies, equipos, habitaciones y zonas comunes deben desinfectarse con productos hospitalarios.
Selección adecuada de desinfectantes: Uso de productos eficaces contra virus, bacterias y hongos, con rotación periódica para evitar resistencias.
Educación continua del personal: Actualizaciones constantes sobre tecnologías, normas y protocolos de control de infecciones.
Soluciones como las que ofrece Proclides marcan la diferencia En Proclides entendemos que la prevención es la mejor estrategia. Por eso, contamos con paquetes quirúrgicos y soluciones estériles que minimizan los riesgos de contaminación cruzada. Nuestros productos, elaborados con telas antifluidos, SMS, SMMS y laminadas de alta calidad y bajo procesos certificados, garantizan la máxima protección en procedimientos críticos.
Cada paquete estéril de Proclides está diseñado para facilitar el trabajo del personal clínico, asegurando la asepsia desde su apertura hasta la finalización del procedimiento. Con ellos, no solo se evita el uso de elementos contaminados, sino que se reduce el riesgo de infecciones y se protege la salud de pacientes y profesionales.
En conclusión, la contaminación cruzada no es un riesgo menor. Es una amenaza real que puede tener consecuencias graves si no se toman las medidas necesarias. La buena noticia es que existen soluciones efectivas para prevenirla, y Proclides es parte de esa solución.
Invertir en insumos confiables, capacitar al personal y seguir protocolos estrictos puede marcar la diferencia entre un ambiente seguro o uno propenso a infecciones. En Proclides estamos comprometidos con tu seguridad, porque sabemos que cada detalle cuenta.

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